El ex diputado provincial Germán Kiczka fue condenado a 14 años de prisión por tenencia y facilitación de material de abuso sexual infantil. Su hermano, Sebastián, recibió una pena de 12 años. Así lo resolvió este miércoles el Tribunal Penal N°1 de Posadas, Misiones.
El ex diputado del partido Activar Germán Kiczka fue sentenciado a la pena de 14 años de prisión por los delitos de tenencia, facilitación y distribución de material de abuso sexual infantil, mientras que su hermano Sebastián recibió años 12 años de cárcel por tenencia y facilitación de videos de violación en perjuicio de menores de edad y el abuso sexual simple de una adolescente de 15 años.
Tras tres horas de deliberación, los jueces Gustavo Bernie, Viviana Cukla y César Yaya (subrogante) declararon culpables a los hermanos en uno de los casos que sacudió la historia judicial de Misiones.
La acusación en el juicio estuvo bajo la responsabilidad de los fiscales Martín Alejandro Rau y Antonio Glinka, quienes habían pedido 15 años de cárcel para el ex legislador y 12 para su cómplice.
El abogado Gonzalo de Paula se encargó de la representación del ex diputado, mientras que Eduardo Paredes y María Laura Alvarenga patrocinaron a Sebastián Kiczka. Los jueces Gustavo Bernie, Viviana Cukla y César Antonio Yaya (subrogante) conforman el Tribunal Penal, responsable de hacer justicia.
El alegato acusatorio, con el que se abrió la audiencia, tuvo como fundamentos principales el material encontrado en dos computadoras y un pendrive y las contradicciones en las que incurrió Germán Kiczka durante sus distintas declaraciones.
Rau destacó que se trató de un juicio “histórico”. Y tras cuatro horas de exposición de argumentos y de interpretación de pruebas pidió para el ex diputado una pena de 15 años mientras que para su hermano solicitó 12 años. Para graduar las penas, la acusación se basó en el tipo y la gran cantidad de material encontrado en poder de los Kiczka.
En ese sentido, la Fiscalía marcó que en la apertura habían advertido que las defensas intentarían confundir al Tribunal. Esto se sustentaría en dos factores. El primero, la compulsión de Sebastián y su incapacidad de controlarse, por lo que sería el único responsable y que llevaría a una internación y no a una condena. El segundo, que Germán es un perseguido político. “Es un sacrificio cínico”, consideró el fiscal Rau. “Esto se fue corroborando durante las audiencias”, señaló. “Sebastián es el chivo expiatorio de la familia”, agregó más adelante Glinka.