Los cortes de carne más populares aumentaron entre el 10% y el 12% en carnicerías y supermercados, y el consumo de carne llegó a niveles históricamente bajos.
Los cortes de carne más populares aumentaron entre el 10% y el 12% en carnicerías y supermercados, según advirtieron fuentes del sector. Esta tanda de remarcaciones pone fin a la tranquilidad que hubo en los mostradores en los últimos meses y que se venía prolongando por más tiempo de lo esperado. Mientras tanto, el consumo de carne llegó a niveles históricamente bajos.
En las carnicerías el kilo de carne para milanesas pasó a venderse al público en alrededor de $9.000 por kilo; de la misma manera el asado pasó a $8.000; el vacío, a $9,500; el lomo, a $11.000, y el peceto, a $10.000.
Analistas del sector opinaron que las subas responden a una “recomposición” de valores dentro de la cadena de producción, tras meses de precios estancados para la hacienda que en los últimos días se vienen tonificando. Según los registros de las operaciones, en el mercado mayorista de Cañuelas los precios de venta del ganado en pie se incrementaron en la misma proporción: habían oscilado entre $2.100 y $2.250 por kilo durante más de cinco meses y esta semana pasaron a alrededor de $2.500.
El derrumbe histórico del consumo
En simultáneo, según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), en el promedio de enero a octubre, los argentinos consumieron 47,2 kilos de carne vacuna por habitante por año. Esta cifra representa una caída del 11,2% respecto del mismo período del 2023 y hay que remontarse hasta 1996 para encontrar un dato similar.
En el informe que corresponde al décimo mes del año, se explica claramente que “a pesar de estar muy atrasada en el precio en al menos el 50%, es una catástrofe lo que está pasando con el consumo. La explicación de la caída es simple: la carne vacuna fue reemplazada por pollo y por el cerdo porque con un valor promedio de un kilo de carne vacuna se puede comprar tres kilos de pollo o dos kilos y medio de cerdo y, cuando la situación económica y el poder adquisitivo está debilitado sucede esto y el que decide es el bolsillo”.